lunes, 24 de noviembre de 2014

SEXUALIDAD PARA EL HOMBRE CON CÁNCER


Los ciclos naturales del cuerpo maduro de un hombre Durante y a partir de los años de adolescencia, los testículos (o testes) producen un suministro constante de hormonas (testosterona en su mayor parte). Los testículos también producen millones de espermatozoides cada día. Toma alrededor de 74 días para que los espermatozoides crezcan y maduren. Como parte de este proceso, el esperma recién generado debe viajar por un conducto de unos seis metros (20 pies), llamado epidídimo para que llegue a la etapa de maduración. Este conducto forma una estructura enrollada que se encuentra encima y por detrás de cada testículo.Justo antes de la eyaculación, otro conducto llamado conducto deferente toma los espermatozoides del epidídimo y los transporta hacia la próstata (glándula prostática). En este punto el esperma se mezcla con otros fluidos secretados en la próstata y las vesículas seminales, las cuales se encuentran a cada lado de la próstata. Estos líquidos blanquecinos y ricos en proteínas fortalecen y nutren a los espermatozoides para que puedan vivir por algún tiempo luego de haber sido eyaculados. Durante el orgasmo, la mezcla del fluido y el esperma, conocido como semen, se desplaza a través de la uretra y es expulsada por la punta del pene. La ilustración continuación muestra los órganos reproductores masculinos.
El papel de la testosterona
La testosterona es la hormona masculina principal. Es la que promueve el desarrollo de los órganos reproductores, así como la que fomenta las erecciones y la conducta sexual. La testosterona también causa características sexuales secundarias durante la pubertad, como el engrosamiento de la voz y el crecimiento del vello corporal y facial. Ésta es producida en su mayor parte por los testículos. Las glándulas suprarrenales, las cuales se ubican por encima de los riñones, también la producen en pequeñas cantidades tanto en hombres como en mujeres.
La región del hipotálamo en el cerebro controla la cantidad hormonal producida en el cuerpo. Cuando los niveles de testosterona son bajos, el hipotálamo envía una señal a la glándula pituitaria ubicada en la base del cerebro. La pituitaria envía a su vez un mensajero hormonal a través del torrente sanguíneo para indicar a los testículos que aceleren la producción hormonal.
Los niveles hormonales en el hombre varían ampliamente, pero la mayoría de ellos presentan un recuento de testosterona en la sangre mayor del requerido. Un hombre con un recuento bajo de testosterona puede tener dificultades en tener o mantener una erección, y puede que pierda el interés en el sexo. En muchos hombres jóvenes sanos, los problemas hormonales no son comunes y la ansiedad es la raíz de los problemas de erección. Los problemas médicos comunes de erección incluyen medicamentos y afecciones de los vasos sanguíneos o de las terminales nerviosas en la región pélvica.
El patrón normal de la excitación sexual y de la erección Una erección comienza cuando el cerebro envía una señal hacia la médula espinal a través de las fibras nerviosas que llegan hacia el área pélvica. Algunos de los nervios importantes que producen una erección se extienden cerca del recto y hacia ambos lados de la glándula prostática.
Cuando se recibe esta señal, el tejido esponjoso dentro del pene se relaja para que las arterias (vasos sanguíneos) que transportan la sangre hacia el pene se dilaten. Conforme las paredes de los vasos sanguíneos se agrandan, la sangre se acumula en el pene hasta cincuenta veces más rápido de lo habitual. La sangre llena las dos cavidades que se encuentran dentro del pene. Las venas en el pene, las cuales normalmente drenan la sangre que llega a éste, se contraen haciendo que la sangre permanezca ahí. Esto ocasiona un gran incremento en la presión arterial dentro del pene, lo cual provoca como resultado la rigidez del pene que se da con la erección.
Las terminales nerviosas que permiten al hombre sentir placer cuando el pene es tocado tienen un trayecto distinto que las que controlan el flujo sanguíneo y producen una erección. Incluso cuando hay un nervio dañado o una obstrucción de los vasos sanguíneos que impide la erección, el hombre casi siempre podrá sentir placer al contacto físico del pene. También podrá lograr el orgasmo. Un tercer conjunto de nervios que termina internándose más en el cuerpo del hombre es el que controla la eyaculación del semen.
Cómo sucede el orgasmo en el hombre
El orgasmo en un hombre tiene dos etapas. La primera etapa se llama emisión. Durante esta etapa, la próstata, las vesículas seminales y el conducto deferente (tubo que conecta a los testículos con las vesículas seminales) se contraen. En la emisión, el semen es enviado cerca del extremo final en la uretra (el conducto que se extiende a través del pene), listo para ser eyaculado. En este momento, una pequeña válvula en el extremo de este conducto se cierra para impedir que el semen ascienda hacia la vejiga. Un hombre siente la emisión como el “punto sin retorno”, cuando sabe que está por tener un orgasmo. La emisión es controlada por lo que se conoce como el sistema nervioso simpático o involuntario.
La eyaculación es la segunda etapa del orgasmo, la cual es controlada por los mismos nervios que se encargan de transportar las señales de placer cuando la región genital es acariciada. Estas señales enviadas causan que los músculos alrededor de la base del pene se compriman de forma rítmica, lo cual hace que el semen sea expulsado de la uretra a la punta del pene. Simultáneamente, mensajes de placer son enviados al cerebro y esta sensación es la que se conoce como orgasmo o clímax.
EFECTOS PSICOLÓGICOS
Muchos hombres indican que sienten decepción, temor y angustia al tener dificultad para tener erecciones. Expresan que algo importante falta que les provoca que no se sientan “como un hombre”. Puede que haya hombres que manifiesten infelicidad en general en su vida y depresión al confrontar esta situación. Estos sentimientos conforman una parte natural de sobrellevar los problemas con la capacidad de erección. En caso de encontrar un tratamiento que sea eficaz, la mayoría de los hombres comienza a sentirse mejor respecto a su capacidad de erección. Si estos sentimientos son graves o persisten, la mayoría de los hombres encuentra útil acudir con un sexo terapeuta (terapeuta especializado en asuntos de la sexualidad) o con un psiquiatra que pueda ayudar a lidiar con esta situación. Los temores sobre la autoimagen y el desempeño pueden a veces también ser la raíz de las dificultades con la erección. En vez de dejar de preocuparse y sentir excitación, puede que un hombre tenga una fijación por ver si podrá funcionar sexualmente, y el temor a no poder desempeñarse puede fomentar este problema. Puede que adjudique su problema a su afección médica, incluso cuando podría ser que la erección la lograría al tan solo relajarse.
Un terapeuta especializado en tratar a pacientes con problemas de tipo sexual a menudo puede ayudar en el tratamiento de la ansiedad y el estrés que pueden afectar la capacidad de erección. Cualquier tratamiento para los problemas de erección debe ser en función de los resultados obtenidos de una evaluación minuciosa, los cuales deberán incluir factores tanto médicos (antecedentes) y pruebas médicas especiales (refiérase a la sección “Ayuda profesional” para más información).
Cómo el tratamiento contra el cáncer puede afectar la eyaculación
El tratamiento contra el cáncer puede interferir con la eyaculación al dañar los nervios que controlan la próstata, las vesículas seminales y la abertura de la vejiga. Puede además frenar la producción del semen en la próstata y en las vesículas seminales. A pesar del daño, un hombre puede conservar su capacidad para sentir el placer que se origina con el orgasmo. La diferencia es que durante este momento el semen que se eyacula es poco, o simplemente no hay liberación de líquido seminal.
Con el transcurso del tiempo, la mayoría de los hombres indica que el orgasmo sin semen llega a sentirse normal. Algunos otros dicen que el orgasmo no se siente igual de intenso, mientras que otros reportan que son más placenteros y de mayor intensidad. A menudo los hombres se preocupan sobre si sus parejas extrañarán la eyaculación del semen, pero
la mayoría de las veces, las parejas no sienten realmente la liberación del fluido, por lo que generalmente esta preocupación no es un problema. La preocupación principal de algunos hombres es que el orgasmo sea menos placentero que antes. Otros se preocupan por sus deseos de procrear, debido a que los orgasmos que tienen son “secos”. Si un hombre sabe con antelación sus deseos de procreación después del tratamiento, puede que quiera hacer un depósito de semen para que éste sea almacenado y usado en el futuro (refiérase a la sección “Cómo el tratamiento contra el cáncer puede afectar la fertilidad” para más información).
Algunos hombres sienten que sus orgasmos son más débiles que antes. Es normal que haya una leve reducción en la intensidad del orgasmo con el paso de los años, pero este decremento puede ser más severo en hombres cuyos tratamientos contra el cáncer interfieren con la eyaculación del semen. Refiérase a “¿Hay alguna forma para que el orgasmo sea tan intenso como solía serlo?” en la sección “Cómo sobrellevar los
problemas sexuales”.
Cirugía
La cirugía puede afectar la eyaculación en dos formas distintas. La primera es cuando la cirugía extirpa la próstata y las vesículas seminales, de tal forma que el hombre ya no puede producir semen. La segunda es cuando la cirugía daña los nervios que van desde la columna y controlan la emisión de líquido seminal (momento en que el esperma se mezcla con otros fluidos para la formación del semen). Hay que tener en cuenta que este no es el mismo conjunto de terminales nerviosas que pasa por la próstata y controla las erecciones (lo cual se detalla en la sección “Cómo la cirugía pélvica contra el cáncer puede afectar la capacidad de erección”). Las cirugías que ocasionan problemas con laeyaculación se detallan a continuación.
Orgasmo seco
Tras la prostatectomía radical (extirpación de toda de la próstata) y cistectomía radical (extirpación de toda de la vejiga), un hombre no podrá más producir semen. En este caso, los espermatozoides producidos en los testículos maduran, pero el cuerpo simplemente los reabsorbe. Esto no causa ningún daño. Después de estos procedimientos quirúrgicos, un hombre tendrá “orgasmos secos”, sin líquido seminal. El semen que se produce a veces no es expulsado Hay otras operaciones que causan que la eyaculación regrese al cuerpo en lugar de salir (eyaculación retrógrada). En el momento del orgasmo, el semen es expulsado atrás hacia la vejiga en lugar de ir hacia fuera a través del pene. Esto es debido a que la válvula entre la vejiga y la uretra permanece abierta después de ciertos procedimientos quirúrgicos. Normalmente esta válvula se cierra estrechamente durante la eyaculación, pero al estar abierta, el nuevo recorrido de menor resistencia para el semen ahora es atrás hacia la vejiga. Esto no es doloroso ni dañino para el hombre. Cuando el hombre orina después de este tipo de orgasmo seco, su orina tiene un aspecto turbio debido a que el semen se mezcla con la orina durante el orgasmo. Una resección transuretral es un ejemplo de una operación que generalmente causa la eyaculación retrógrada. En esta cirugía se extrae el núcleo de la próstata al insertar un fibroscopio a través de la uretra, el cual generalmente daña la válvula de la vejiga.
Daños al conjunto de nervios
Previamente se han descrito los conjuntos de fibras nerviosas que recorren los costados de la próstata, los cuales contribuyen en el origen de la erección. A continuación se describen los nervios que recorren la columna vertebral y controlan la eyaculación. Las operaciones contra el cáncer que provocan que los orgasmos sean secos al dañar los nervios que controlan la emisión (mezcla de esperma con fluidos que conforman el semen) son:
• Resección abdominoperineal, en la cual se extrae el recto y la parte inferior del colon.
• Disección de los ganglios linfáticos retroperitoneales, en la cual se extirpan los ganglios linfáticos en la región del abdomen (por lo general esto se realiza en hombres con cáncer testicular).
Algunos de los nervios que controlan la emisión recorren la parte inferior del colon y se dañan con una resección abdominoperineal. La disección (extirpación) de los ganglios linfáticos dañan los nervios ubicados en la parte superior que rodean la aorta (la arteria mayor principal en la región del abdomen). Los efectos de las dos operaciones son probablemente muy similares, pero no es sino después de la cirugía de los ganglios linfáticos cuando se sabrá más sobre el efecto en la función sexual. A veces la disección de los ganglios solamente origina la eyaculación retrógrada, pero generalmente paraliza la emisión. Cuando esto sucede, la próstata y las vesículas seminales no pueden contraerse para mezclar el semen con los espermatozoides. En cualquiera de los dos casos se tiene como resultado un orgasmo seco. La diferencia entre una eyaculación retrógrada y una ausencia total de emisión es importante si un hombre desea procrear. La eyaculación retrógrada es más conveniente para quienes buscan ser padres debido a que los espermatozoides pueden ser obtenidos de la orina y usarse para una inseminación en la mujer. Algunas veces los nervios que controlan la emisión se recuperan del daño que sufren de la disección de los ganglios linfáticos retroperitoneales. Pero si la eyaculación del semen no retorna, puede tomar hasta tres años para que regrese. Debido a que los hombres con cáncer testicular a menudo son jóvenes y aún contemplan tener hijos, los cirujanos cuentan con métodos en los que se evitan daños a los nervios y permiten que la eyaculación permanezca normal después de la disección de los ganglios linfáticos retroperitoneales. Al estar en manos de cirujanos con mucha destreza, estas técnicas han ofrecido un índice muy elevado de la conservación de los nervios y la eyaculación normal (refiérase a nuestro documento Cáncer de testículo para más información). Algunos medicamentos pueden también restaurar la eyaculación del semen lo suficiente para poder recolectar el esperma para la concepción. Si no se pueden recuperar los espermatozoides del semen o de la orina, es posible que especialistas en infertilidad puedan extraerlos directamente de su testículo mediante una cirugía menor, y luego usarlos para la fertilización in vitro a fin de producir un embarazo.
La disección de los ganglios linfáticos retroperitoneales no debe afectar las erecciones ni la capacidad para alcanzar el orgasmo en un hombre, pero puede que implique que el placer del orgasmo sea menos intenso.Incontinencia urinaria durante la eyaculación Climacturia es el término que se usa para describir la incontinencia urinaria durante el orgasmo. Esto es bastante común después de una cirugía de próstata, pero muchos hombres podrían incluso no notarlo. La cantidad de orina varía considerablemente, de unas pequeñas gotas a más de una onza. Esto es más común en hombres que también tienen incontinencia urinaria de esfuerzo (los hombres con incontinencia urinaria de esfuerzo pierden orina cuando tosen, se ríen, estornudan o hacen ejercicio. Esto se debe a una debilidad en los músculos que controlan el flujo de orina).

La orina no presenta peligro para la pareja sexual, aunque puede ser una molestia durante el sexo. Este problema de fuga de orina tiende a mejorar con el tiempo, y el uso de condones y bandas elásticas de constricción puede ser útil (estas bandas se ajustan en la base erecta del pene para apretar la uretra evitando la fuga de orina). Si la climacturia le causa molestias tanto a usted como a su pareja, hable con su médico para averiguar qué puede hacer al respecto.

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