martes, 18 de noviembre de 2014

FANTASÍAS SEXUALES


Las fantasías son, tanto para los varones como para las mujeres, producciones del psiquismo, de la mente humana, que nos permiten jugar y explorar dentro de nuestras almas y entregarnos a placeres y deseos que en la realidad nos resultarían prohibidos y hasta bochornosos.
El sujeto que crea dicha fantasía siempre forma parte de la misma: ya sea como participante o como espectador. Las personas se permiten, a través de sus fantasías, imaginar, crear y participar de situaciones que probablemente jamás concretarían en la realidad, en general por culpa o vergüenza. 
La actividad sexual propiamente dicha nace y se desarrolla en las fantasías. Las adolescentes tienen fantasías sexuales sobre la primera relación sexual, el primer beso, un encuentro deseado, escenas privadas y excitantes que van trazando el camino para el desarrollo de la identidad y de la actividad sexual futura.
Las mujeres suelen tener un mundo muy amplio de fantasías sexuales. Han sido educadas con más limitaciones y represiones sexuales que los varones. Su actividad sexual se desarrolla en gran parte en la fantasía y su contenido es más romántico que erótico-sexual. Los varones expresan sus impulsos y deseos sexuales con mayores libertades y permisos. Es más, socialmente se los invita a fantasear y desarrollar sus fantasías sexuales como garantía de machismo y hombría. Las mujeres, en cambio, son educadas para enamorarse y recién allí, en ese estado ideal, tendrán permiso para el sexo y/o para fantasear con el ser amado.
Pero en la fantasía vale todo y las mujeres se están animando a enriquecer su vida sexual. A medida que se despojan de prejuicios y mandatos sociales y culturales, se permiten explorar en su interior creando escenas y situaciones sumamente excitantes que enriquecen y amplían sus posibilidades de dar y recibir placer sexual. Cuando este camino está permitido, se facilita su desarrollo y se descubren muchas veces zonas desconocidas en la mente humana.
No hay que asustarse: son sólo fantasías. Pueden ser privadas o compartidas con la pareja. Y cabe aclarar que en lo que respecta a la sexualidad humana y adulta, todo está permitido, en tanto no exista coerción, ni abuso, ni maltrato a personas, tanto menores de edad como a otros adultos que no deseen compartir dicha práctica sexual o fantasía. 
Algunas fantasías sexuales femeninas:
*      Menage a trois. Relaciones sexuales en las que participan tres personas del mismo o diferente sexo.
*      Relaciones sexuales con una mujer. Son muy frecuentes y no determinan que quien fantasea tenga una identidad sexual de tipo homosexual.
*      Escenas de seducción en la que ella se siente observada y deseada por otros/as.
*      Voyeurismo. Mirar, observar a otros/as manteniendo relaciones sexuales.
*      Fantasía de violación sexual. Esta fantasía confirma a la mujer en un rol pasivo tan fomentado por la cultura falo céntrica y no significa de ninguna manera que lo desee en la realidad. La fantasía está bajo su control y no es peligrosa. En cambio, un hecho real de estas características no tendría nada de placentero ni excitante, por el contario, sería absolutamente traumático, violento y degradante.
*      El uso de lencería erótica, el cambio de roles en la pareja, jugar interpretando personajes reales o fantaseados, la estimulación de todos los sentidos a través de sabores, sonidos, olores, imágenes visuales y sensaciones corporales, la estimulación y descubrimiento de zonas erógenas en el cuerpo, desencadenan y enriquecen las fantasías sexuales y por lo tanto la vida sexual de las personas.

FANTASÍAS DE HOMOSEXUALIDAD
Las fantasías estimulan nuestra creatividad y nos liberan. En general, cuentan con mayor aprobación social entre los hombres. Sin embargo, aquellas relacionadas con el mismo sexo son reconocidas más ampliamente por las mujeres.
Las fantasías nos enriquecen, estimulan nuestra creatividad, nos liberan, bajan tensiones, nos permiten “jugar a que somos otros” y, sin duda, suelen ser un antídoto contra la rutina sexual.
A tal punto son importantes que suelen utilizarse terapéuticamente: amparadas en la propuesta de un juego, un rol, inclusive de una máscara o vestuario, las personas logran desbloquear o desinhibir ciertos canales de su inconsciente que eran la causa de alguna disfunción sexual.
La cuestión de las fantasías sexuales, como tantas otras, contó con mayor aprobación social entre los varones. Aun hoy, muchas mujeres negamos nuestras fantasías, incluso las reprimimos, porque consideramos que tenerlas es incorrecto.
Sin embargo, es interesante observar lo que ocurre con las fantasías homosexuales en particular. Las mujeres las desarrollamos ampliamente mientras que son muy pocos los hombres que se atreven a sentirlas o reconocerlas. Las fantasías homoeróticas en varones heterosexuales son vividas como atentatorias de su masculinidad y avivan el fantasma de la homosexualidad.
Sin embargo, nuestro ser femenino no resulta tan vulnerable a las fantasías con el mismo sexo salvo en un porcentaje pequeño de nosotras. Podemos ser más lúdicas en este plano. Podemos inventarlas, aceptamos verlas en imágenes, nos animamos a compartirlas e incluso, en el campo de lo real, podemos actuarlas con mayor libertad.

 MITOS ALREDEDOR DE LOS JUGUETES SEXUALES


Los juguetes en el sexo tienen el firme objetivo de ayudar a que las relaciones entre las parejas sean más divertidas, además de acabar con la monotonía. Solo es cuestión de imaginación y abrir la mente a las cosas nuevas. A continuación algunos mitos que se quedan sin fundamento, respecto a este tipo de juguetes.
1- Los juguetes sexuales reemplazan a la pareja
Muchos creen que cuando se utiliza un juguete sexual es porque la pareja ya sea el hombre o la mujer no están satisfechos con la parte sexual de la relación. Esto es falso ya que estos juguetes lo que hacen es complementar el disfrute que aporta la pareja estimulándola aún más.
2- Son uso exclusivo de los homosexuales
Esto es completamente un mito.  Hoy en día las parejas heterosexuales también los han incorporado a la relación en busca de nuevas sensaciones que generan complicidad entre ambos.
3- Implican alto grado de perversión
Esta creencia está mandada a recoger,  ya que el término no aplica debido a que quienes manejan estas herramientas eróticas lo hacen buscando placer sin salirse de los límites aceptados por la cultura occidental.
4- Se usan cuando se padece una disfunción sexual
No son ningún uso exclusivo para ofrecer satisfacción sustituta a cambio de la que no se puede dar por otros medios, aunque en dado caso podría ser. En general se trata de sumar alternativas más no de un reemplazo.
5- Las opciones se agotan 
Existe gran variedad de juguetes y no solo penes plásticos. En el mercado hay gran cantidad de aceites, bolas anales, huevos masturbatorios, vibradores y muñecas, entre otros. Todo es cuestión de hablarlo en pareja y compartir sus gustos.
 importante desterrar el mito que supone que las fantasías son la hermana boba de los deseos hechos acto, transitados en el espacio real; y que no las cumplimos porque no nos animamos, nos censuramos.
Este falso concepto es el que nos lleva a la idea de que las fantasías son amenazantes y que, por lo tanto, sería peligroso habilitarlas en nuestro imaginario, ya que nos acercaría al riesgo de hacer real lo fantaseado con toda la connotación de miedo y de culpa que ciertos deseos nos provocan.
Lo cierto es que las fantasías son tan verdaderas como las escenas reales, sólo que se manejan en el territorio de la imaginación. En el tema específico de las fantasías sexuales, este es un dato fundamental, ya que es justamente esta área de nuestro psiquismo donde la erótica se desarrolla a sus anchas. La imaginación es el lenguaje del erotismo. Nos conecta con los sentidos, éstos con las sensaciones y éstas con las emociones.
Por otra parte, es evidente que la imaginación está ligada con nuestra absoluta intimidad, lo cual resguarda a las fantasías de la amenazante mirada del exterior y, de este modo, nos permite ampliar los permisos para el despliegue de nuestro deseo y expandir el erotismo a zonas culturalmente prohibidas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario